Ciudad de México tiene una de las gastronomías mas interesantes del continente. Realmente creería que todos los países tienen varias cosas interesantes en sus culturas y gastronomías, pero al mismo tiempo creo que la cocina mexicana ha sido una de las más internacionalizadas de Latinoamérica bajo un concepto Tex-Mex, que en realidad es más una apreciación americana de lo que es dicha cocina.
Hoy en día, México hace un gran esfuerzo por destronar ese concepto Tex-Mex y poner la real cocina mexicana en la boca de los comensales del mundo. Sud 777 y su Chef Edgar Núñez es un gran ejemplo de dicho esfuerzo por mostrar lo que realmente es la gastronomía mexicana.
Boulevard de la Luz 777 es la dirección de una casa bonita, atractiva, moderna y que encaja perfectamente en la colonia Jardines del Pedregal, con sus grandes frentes y un ambiente calmado y residencial. Allí, detrás de esos muros de dicha casa, se cocinan muestras de México, sabores, aromas, platos deliciosos que expresan México, mole, aguacate, pescados, cerdo, algo que hay que vivir y probar para poder saber lo maravilloso que allí hay.
Edgar Núñez, joven cocinero mexicano imprime su cultura en cada plato mezclando innovación y tradición consiguiendo una gran mezcla de sabores, colores y texturas que seguramente a muchos deleitará, conmigo lo consiguió.
Menú a la Carte o menú de degustación. La opción degustación cuesta MX$650 por persona y consta de 5 platos. Esta vez, a la carte fue la elección.
¿De tomar? ¡Por favor! Nuestra elección fue local, Ensenada, Baja California. En mi concepto como chef y sommelier profesional, México es una de las regiones vinícolas del nuevo mundo a tener en la mira, los productores locales están elaborando una gran cantidad de vino y claro, de todas las calidades, pero cuando se habla de vinos competitivos, allí hay mucho por descubrir.
Fluxus Blanco. Un delicioso y goloso Palomino blend con 9% de Chenin Blanc, un vino que, aunque era solo la segunda cosecha (2012) mostró un delicado paladar, unas frutas delicadas y una acidez balanceada, muy bien concebido. Nuestra elección, aunque un poco loca para unos por ser blanco y nuestro menú incluida varios platos con carne de cerdo y carne roja, estuvo muy apunto y maridó perfecto con nuestras opciones de comida.
Entre nuestros platos estuvieron las mollejas, deliciosas, con una reducción delicada con limón, ternera y chile. Una textura rica y un sabor que permitía el detalle de las mollejas y un gran resultado de dicha combinación.
También como entradas nos deleitamos con la terrina de lechón y láminas de carne añeja, un plato que combinado con el queso Cotija, tradicional mexicano, nos recuerda sabores de carnes curadas.
Los fuertes. Un delicioso filete de pescado (Panza de Bacalao) con su piel crujiente y mole de ceniza, delicioso, la salsa un poco pesada pero la suavidad del bacalao fue suficiente para lograr una gran combinación. Aquí nuestro Palomino estuvo a punto, un pescado suave y una acidez perfecta.
Para terminar nuestro almuerzo, cerdo, una de las carnes más utilizadas en la cocina mexicana. Un lechón (lechón en nuestra versión de frijol con puerco), con la piel crujiente y bien tostada, que de solo escribir estas palabras vuelve y se me hace agua la boca imaginándomelo. De nuevo, aparecía un poco de mole en la salsa con frijol, delicada, llena de sabor que, al mezclarla con la carne tierna del lechón, se derretía en la boca. La presentación de los platos era sacada de un cuento. Pulida, delicada y muy bien concebida, platos sin tacha.
El postre no llegó, no tuvimos espacio para probar las opciones que se veían deliciosas. Terminamos entonces con dos oportos y luego dos digestivos que muy formalmente el chef Edgar nos ofreció de cortesía.
Quisiera pensar en algo que realmente me haya molestado de mi gran experiencia en Sud 777 pero no logro tener una razón para tal. Lo único que se me viene a la mente es que, había cierta similitud en las salsas del Bacalao y del Lechón, sin embargo, ambos platos eran diferentes e igualmente se disfrutaron mucho, cada uno en su estilo y claro está, su tipo de carne.
El servicio, espectacular. Meseros atentos, conocedores de los platos y productos que son vendidos en el restaurante. Mi acompañante era angloparlante y no tuvimos dificultades en la explicación del menú ni mucho menos en la atención en ambos idiomas.
Aunque no es catalogado como el mejor restaurante de México, está muy arriba y se sienta junto con los mejores restaurantes del país. Además, su toque moderno, el complemento que ofrece el restaurante con su lounge, la arquitectura del lugar, ambientación y demás, hicieron que comer en Sud 777 fuera una de las más satisfactorias experiencias gastronómicas que haya tenido en los últimos años.
Mi opinión, 4.9 de 5. ¡Regresaré!
Precio para dos personas A la carte: US$285
Sud 777
Boulevard de la Luz 777, entre Camino Santa Teresa y Paseo del Pedregal. Col. Jardines del Pedregal
. Tels. 5568-4777 Ciudad de México.